Y nada más que la verdad

El uso del polígrafo se generaliza en La Rioja como herramienta para conocer aspectos de la vida de parejas e hijos, e incluso empieza a utilizarse en las selecciones de personal de grandes empresas.

Polígrafo

-Pregunta 1: Aparte de lo que ha mencionado, ¿desde que está junto a X ha tenido contactos sexuales con alguien que no sea X?

-Pregunta 2: Aparte de lo que ha mencionado, durante estos siete meses que han estado separados ¿ha tenido relaciones sexuales con alguien que no sea X?

-Pregunta 3: Aparte de lo que ha mencionado, desde que está junto a X, ¿ha tenido contactos sexuales con alguien que no sea X?

El encadenado de preguntas y repreguntas forma parte de una prueba tipo ante el polígrafo. Un cuestionario que puede prolongarse de una a tres horas y que interroga sobre detalles y matices de la cuestión cuya veracidad se pretende indagar. En este caso, el cliente es un hombre que duda sobre la fidelidad de su pareja, pero las posibilidades son múltiples.

Caricaturizado por su uso mediático en programas y shows de televisión, lo cierto es que el polígrafo cada vez amplía más su abanico de utilidades. Así lo confirma Luis Fernández, de la agencia riojana de Grupo Detectives Aipasa, para quien la recurrencia a este método se basa en el alto grado de fiabilidad que proporciona. «Entre el 95 y el 100%», subraya.

Además de abordar cuestiones domésticas (infidelidades, comportamiento de los hijos, disputas entre partes…) el polígrafo se impone paulatinamente entre grandes compañías como mecanismo para rubricar la elección de altos ejecutivos. «De un par de años a esta parte, algunas empresas acostumbran a someter al polígrafo a los tres últimos candidatos que ha escogido previamente una agencia de selección», revela Luis Fernández.

En este última fase, la prueba se concentra en un test de personalidad en el que se interroga al candidato sobre, por ejemplo, si es honesto, si ha robado alguna vez, si piensa cometer algún delito… «Son aspectos elementales, pero que ofrecen al final del procedimiento un perfil muy definido de la persona», aclara.

El responsable de Grupo Detectives Aipasa explica que este complemento a las pruebas de selección está justificado por la alta responsabilidad que asumirán estos cargos. «Manejarán una información muy restringida, datos claves para muchas empresas, y éstas tienen por lo tanto que estar seguras al 100% de la integridad de las personas para evitar el espionaje industrial y otras coyunturas», indica. Incluso no es raro que a esta herramienta se agregue, además, un estudio grafológico de cada aspirante.

Paso a paso

¿Cómo funciona exactamente un polígrafo? El aparato se basa en la detección de cambios fisiológicos en el cuerpo debido a estímulos psicológicos. «Cuando el individuo se siente en peligro, el sistema nervioso prepara de forma autónoma al cuerpo para una huida», indica Luis Fernández. «Lo que hacen los accesorios del polígrafo es medir las alteraciones fisiológicas debido a ese estado sobrevenido».

Variaciones que comprueban desde la función respiratoria hasta las reacciones eléctrica, sanguíneas y cardiovasculares. La actividad respiratoria, por ejemplo, se registra a través de los tubos de goma enrollados que se colocan sobre el pecho y área abdominal. Dos placas pequeñas de metal unidas a los dedos certifican la actividad de la glándula del sudor; y un medidor, la presión arterial. Los datos que van obteniendo todos esos accesorios son transmitidos a la pantalla de un ordenador y finalmente a un sistema de gráficos.

Las diferentes lecturas se confirman realizando las mediciones en varias ocasiones y comprobando la obtención de los mismos resultados a las preguntas hechas. Para lograr una lectura exacta del estímulo se deja entre 20 y 45 segundos entre una y otra pregunta.

Teniendo en cuenta las variables que comprueba el polígrafo, someterse a él exige una serie de requisitos para lograr la máxima fiabilidad: privacidad entre el entrevistado y el entrevistado y el poligrafistas, realizar la prueba en un lugar tranquilo, familiarizar previamente al usuario con el método, redactar correctamente las preguntas que van a formularse, realizar la prueba el número de veces que sea preciso… «Por eso no da excesivas garantías el uso que se hace de este aparato en un plató de televisión, ante multitud de gente, con gran tensión y sin una técnica correcta», opina el detective.

Luis Fernández subraya dos elementos clave a la hora de abordar esta técnica: contar con un examinador capacitado y de experiencia y recordar que quien se somete al polígrafo debe hacerlo voluntariamante. «No se puede forzar a nadie a decir la verdad», concluye.